viernes, 31 de diciembre de 2010

Que los colchones son mala gente, que siempre quieren tener razón.


Estamos cayendo desde lo más alto. Las hormigas me comen el estómago desde primeras horas de la mañana. Les he dicho que paren, pero ni caso. Tell me what to do, tell me what to say. Anoche soñé algo relacionado con una botella de vodka y unas manos de dedos largos, y juro que no bebí. El puto teléfono no ha parado estas semanas de sonar a deshora y todo esto se ha convertido en un bucle sin retorno. Me vienen imágenes in-trascendentales cada dos cucharas de azúcar. Tú echándome el humo en la cara. L y yo durmiendo en una litera. Mi mochila llena de arena. Mi padre regalándome una réflex... Yo la verdad no sé ya que hacer, me estoy colapsando con tanta lluvia, con tantos sinsabores. 
Qué de tonterías he hecho a lo largo de este año. Pero pibe, no ha estado tan mal. Dentro de unos años no me acordaré ni de la décima parte de lo que hice en este 2010, quizá de los conciertos de Mark Knopfler, Miguel Ríos y Love of Lesbian y de que se cayó mi pino el día de Nochebuena, pero nada más. Que no me acordaré de los incendios, las escapadas ni de tus gritos envasados al vacío. No me acordaré de las luciérnagas, de los túneles ni de las frases subrayadas en verde. Probablemente ni me acuerde de tus manos abrazado una guitarra eléctrica. 
Los días, las horas, los minutos se mezclan y distorsionan todavía. El mismo rollo de todos los 31 de Diciembre.

2 comentarios:

  1. creo que ha sido una de las entradas de año nuevo que más me ha gustado...

    un beso y feliz año (y que se llene de cosas que si merezca la pena recordar) (:

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  2. El 31 siempre dará mal rollo, muy bonita entrada.
    Muá

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