lunes, 9 de abril de 2012

no puedes joder el cielo y esperar que no pase nada.


He pasado todas estas efímeras vacaciones soñando con viajar. En mis sueños aparecían maletas, japoneses echando fotos, autobuses, aviones, amigos y más maletas. Preguntarme mil veces qué coño significará esto, levantarme cada día queriendo arrancar el aire y el paísaje. Y es ahora, cuando mañana vuelvo a la cárcel que me doy cuenta de lo que significa. Por lo menos es el sentido que le doy, porque quiero darle un sentido a algo. Quiero decidir los qués. Se acabó. Cierro este blog. Para en otro orden de cosas dejar constancia aquí de la mierda y la belleza que rodea mi vida. Mi vida seguirá a partir de esta noche de primavera en cualquier otro sitio que no aparezcan incendios, ni nieve, sólo carne. Porque hay nombres que traen suerte y no quiero buitres carroñeros jodiendo este interminable incendio de nieve y calor.

Apareceré por algún lugar, bajo otros títulos que me dan más suerte y que serán mi futuro más próximo. Siempre bajo el mismo nombre. Para terminar siempre creyendo en los putos próximos cinco minutos.

martes, 20 de marzo de 2012

Frases unidas por puntos que me ayudan a animarme el melancólico primer día de primavera.


Hay tantas y tantas cosas que se me escapan de las manos. En cambio, otras ocurren, o no, porque que yo decido. Porque decides, decidimos. Fui yo quién decidió salir corriendo tras de ti, persiguiéndote por aquella playa; yo o mis pies. Ahora me es difícil distinguir entre decisión e inercia. No sé si fue inercia rodearte el cuello con mis brazos, enredar mis dedos en tus talones para que tropezaras, ni tampoco esta capacidad para abrir ventanas. Quiero decir que: ¿acaso puedo cerrarlas, impedir que entre la vida?. Puedo hacerlo, pero me veo incapaz. Prefiero que la vida me martillee la cabeza, que el viento me meza a voluntad, que la lluvia sane. 


Quiero subir los peldaños de la escalera, subirlos completamente decidida. Para después abrir una puerta o una ventana cualquiera y sorprenderme del paisaje. Sorprenderme de mi propia estupidez y del destino. Decido vivir, decido amar la melacolía a corto plazo y el jamás enlatado sin fecha de caducidad. 


Si nuestras vidas se rigen por las decisiones que tomamos, quiero equivocarme un millón de veces si es preciso. Conocer sonrisas kilométricas que dañan, que duelen, para después acabar viviendo. Decido vivir. Decido equivocarme.

jueves, 15 de marzo de 2012

Desaparezca aquí.




"-Me parece que no voy a volver a New Hampshire-dice.
Al cabo de un rato le pregunto por qué.
-No lo sé.- Calla y vuelve a encender el canuto-. Me parece como si nunca hubiera estado allí.-Se encoge de hombros, da una chupada al porro-. Me parece como si hubiera estado aquí siempre. Me lo pasa. Le digo que no con la cabeza."
-Menos que cero, Bret Easton Ellis.