domingo, 31 de octubre de 2010

Y no logra romperse.


Lo has visto, no hay nada de lo que tanto odiabas, lo he cambiado todo de lugar. Después de unos cuantos textos incompletos de más, hablando siempre de la misma puta historia. Historia de soledades, ausencias, tabaco y alcohol, mucho alcohol. Y mientras se nos eriza la piel con el rocío de la mañana. Tu pelo húmedo se revuelve como el oleaje de aquellas playas que ya dejamos atrás. Tus ojos difusos miran más allá del jamás sin atisvar nada aparente. Y tus jodidas manos se retuercen, las uñas se hunden en la manta de cuadros y produces sonidos guturales con sabor a pretérito. Todavía perduran  la turbación y las pesadillas del pasado Halloween. Pero, no hay más. Aunque esto siga igual como lo dejamos. Se terminó. Se acabó. Y demás sucedáneos. No quiero pasarme las horas recordando caricias ebrias y nuestros gritos como cuchillos. Quiero creer que puedo ir más allá del tiempo y la distacia. Quiero creer que sólo fuistes para mi algo que me costó sólo un poco más olvidar que el resto. Costó olvidar los abrazos, las caricias, las peleas y los mensajes entre líneas. Y no me valdrán tus reproches ni tus quédate conmigo. Porque no pienso echarme atrás, no ahora. Siempre intenté por todos los medios no ir más allá. Que la felicidad viene cuando menos te lo esperas, una mañana lluviosa de sábado  en una vieja tienda de discos, sosteniéndo 2 entradas para el próximo concierto de Love Of lesbian.
Oscurece mientras que tú seguramente te estarás fumando el primer porro de la noche. Yo sigo con lo mío. Después de kilos de sombra de ojos negra y spray para el pelo de colores nos reímos del cielo abotonado y los ojos incredulos. Gritando, haciendo fotos y cayendonos en plena calle, más juntas que nunca. Canciones cantadas a pelo de fondo. Pupurri de risas, pies de puntillas, labios negros y cervezas. Esta noche más.
 Este año con menos alcohol en vena, menos vómitos y menos susurros. Aunque ya sabes que todo exceso vuelve como un boomerang.
                                                                                       "Ni vertiendo polvo
en el cajón de los sueños
consigo auyentar las pesadillas
que pueblan mis borracheras,
largas noches de descontrol
y fuego perdido,
pequeñas y fieras alimañas
que devoran mi vida
hasta contaminarse".      

2 comentarios:

  1. Gracias por pasar, y bonita actualización!
    pd; sí, me hice un tatuaje :)
    muá

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  2. Y yo ya no puedo hacer más si este más siempre resta.

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