Se lo tarareo despacio y suave. La lluvia de Quique entrelazándose con su pelo dorado y rizado, llegando hasta sus oídos. Me mira con esos ojos azules que han visto dos mares y sonríe con inocencia, y me encojo y me hago más pequeña aún. Quién tuviera ahora la mente prácticamente intacta esperando a ser rellenada con letras e imágenes. Quién podría así, deshacerse de los recuerdos oscuros, carbonizados y que revientan tímpanos, deshacerse de ellos como si nunca hubieran existido y nunca los hubieses experimentado con la piel, con los sentidos. Quién, pibe.
Preciosa foto, perfecto texto.
ResponderEliminar'Y me hago más pequeña aún' genial!
ResponderEliminarhe vuelto, me fui porque las fotos eran hechas con el móvil y no quería seguir actualizando con esa basura aunque todavía no he solucionado el problema de no tener cámara :_
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