jueves, 5 de agosto de 2010

California.


Viendo la vida pasar tras el cristal de unas gafas de sol Ray-Ban. En su mano derecha un Lucky Strike. Andado a ritmo de una de tantas canciones de The Kooks. Olor a salitre, vainilla y sudor. Un soplo de aire mueve sus cabellos oscuros, un mechón de pelo se enreda en su pendiente de plata vieja de la oreja izquierda. Una chica rubia de un banco cercano le mira mientras que se le derrite su helado de fresa y le mancha su falda de flores. Más allá un grupo de chicos exhiben sus cuerpos mientras patinan. Una pareja de surfistas ríen a más no poder cruzando la carretera.
Y él se siente volar sin apenas moverse del sitio. Hoy todo es nuevo, hasta el color del cielo. Hoy es más azul que nunca.

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